The “jotas” rounds never end.
Las fiestas de Torre Los Negros (Teruel. España) siempre comienzan con una sardinada popular, queimada de ron y una ronda de jotas nocturna donde los protagonistas son la gente de allí.
De manera espontánea y más o menos voluntaria, tocadores (tañadores, se dice allí) cantadores y público en general se reúnen en la plaza para emprender la subida por las distintas calles del pueblo a golpe de jotas de ronda y tragos de ron quemau. De vez en cuando, la comitiva se para y joteros y joteras como Anuncia, una de las clásicas de la ronda, se marcan unas jotas de estilo.
Este año ha habido pleno de tañadores (el número de instrumentos que se juntan en la plaza para la ronda cada año siempre es una incógnita). Allí estaban, la noche del jueves 23 de agosto, las guitarras de José Luis, Marco y Luisa, las castañuelas de Carla y Mari Carmen, componentes como José Luis del grupo profesional de jota “Estampa Aragonesa”, algunas botellas de anís a la percusión y un servidor con la bandurria.
Han pasado ya unos 25 años desde que vine, como novio de Elena Cebrián, por primera vez a las fiestas de Torre Los Negros, y desde ese mismo año me incorporé a la ronda… y hasta ahora.
Por eso me hizo mucha ilusión que, al pasar por la casa de Maximiano Gambaro, un viejo pionero guitarrista en la ronda retirado de ella desde hacía unos años, éste bajara y tocara unos acordes de entrada con nosotros.
Vaya desde estas líneas nuestro más sentido homenaje a él y a otros viejos tañadores y cantadores que me iniciaron e ilusionaron en esto en los primeros años y que, por la edad y los achaques físicos que ésta conlleva, ya no salen a tocar o a cantar.
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