La capilla de Kamppi de Helsinki. Un refugio en medio del bullicio.

Un refugio entre el bullicio

Un refugio entre el bullicio

La capilla de Kamppi, situada en un lateral de la amplísima plaza Narinkkatori de Helsinki, se abrió hace dos años como fruto de la culminación de un proyecto en el que colaboraron la iglesia luterana de Helsinki (promotora de la idea), entidades cívicas de ayuda social de este barrio de la capital y el propio municipio. Este pequeño iglú de madera de tan sólo 35 metros cuadrados y de 11,5 metros máximos de altura en la zona del altar está concebido como lugar de reposo y de recogimiento personal, y de diálogo entre colectivos y trabajadores sociales y sanitarios. Su interior está exento de todo tipo de símbolos religiosos y en ella no se celebran ceremonias eucarísticas colectivas. Allí acude el visitante circunstancial, el viajero (la estación central de tren y autobuses de Helsinki está a escasos 100 metros) y personas religiosas de cualquier creencia.
La capilla de Kamppi fue diseñada por los arquitectos Kimmo Lintula, Niko Sirola y Mikko Summanen, del estudio K2S de Helsinki. El uso armónico y prácticamente exclusivo de la madera y la singularidad de sus formas, que requerían unos procedimientos especiales del doblado y afianzamiento del material, en la línea de las técnicas ideadas por Alvar Aalto en los años 40 y 50 del siglo XX, le valieron numerosos reconocimientos profesionales, entre ellos el Chicago Athenaeum International Architecture Award 2010. Asimismo, esta capilla formó parte del programa de capitalidad mundial del diseño de Helsinki 2012.

Un hotel sobre una font

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Una de les moltes i agradables sorpreses que deparava el casc històric de Helsinki per la part veïna al port aquests últims mesos era l’aparició d’un hotel d’una sola habitació emplaçat per damunt d’una font circular (semblant a la famosa Fontana di Trevi romana) situada al final del passeig Bulevardi en front de la Plaça del Mercat, a la vora del Bàltic.

En aquest beneit país d’Espanya, quan a algú se li acudeix posar un hotel allà on hi havia una plaça amb una font, no trobaria una altra manera de fer-ho que desfer la plaça i destruir la font, oi que sí?
En aquest cas, un equip d’arquitectes i dissenyadors de Helsinki van presentar a l’Ajuntament un projecte per a aixecar, damunt de la font, a l’alçada del peu de l’estàtua, una estructura de fusta que sosté un cub on s’ha instal•lat una habitació d’hotel per a dues persones amb bany i tots els detalls i comoditats. L’espai que ocupa l’estàtua, al bell mig de l’habitació, s’ha salvat fent un forat al terra de fusta i adaptant les formes del llit, somiers, coixins, matalassos, etc, a aquest espai.
Aquest original mini-hotel, ha estat en ús durant els sis mesos que ha durat l’experiència i ha gaudit de plena ocupació totes les nits a raó de 130 euros la nit.
Pels matins, a partir de les 11, l’hotel restava a l’abast de les visites del públic pagant una entrada de 3 euros.

Monumento a Sibelius o los tubos flotantes del bosque

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No ha habido vez que haya ido a Helsinki (y son varias ya a lo largo de esta vida) que no haya acudido al barrio de Töölö a contemplar el raro e impresionante monumento a Sibelius, enclavado en el Parque dedicado dedicado también al gran músico finés, un entorno ideal donde los altísimos abedules se encaraman entre rocas volcánicas y casas antiguas para atisbar el cercano lago-bahía que recorre la ciudad.
El monumento, un grupo escultórico formado por docenas de tubos de aluminio y acero inoxidable, todos decorados con formas, mellas y hendiduras distintas, obra de la escultora Eila Hiltunen e inaugurado en 1967, pretende emular a los tubos del órgano, por cuyos huecos se oye el gemir del viento y la música del compositor finlandés, por cuyas notas ruge o gime, en ocasiones, el rumor de los bosques y los lagos del país, cuyo bellísimo entorno es un ejemplo de ello.
Cuando lo ví por primera vez tan sólo habían pasado 5 años desde su instalación en el parque de la calle Mekkelinkatu, y parecía mucho más claro, vibrante y luminoso que ahora, en 2014, bañado por la pátina de las lluvias, nieves y el plomo de las gasolinas. Pero sigue emocionando igualmente. Sujeto todo él a una grácil estructura de tan solo dos puntos de apoyo, uno de ellos formado por una sola pata o columna y el otro por cuatro tubos unidos con soldadura, dan una sensación de levedad, como si todo el entramado, en forma de alas, estuviera volando en medio del bosque.
Mario Sasot
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By masdebringue Posted in CULTURA

ZAPATOS DE IDA Y VUELTA. Arte y penurias en la Finlandia de hoy

ZAPATOS TUNEADOS PROYECTO KEKA. SOIVIVI NIKULA
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Mario Sasot. VAASA (Finlandia)

La Bienal de arte de Botnia, en la amplísima región del oeste de Finlandia (Pohjanmaa) con sede principal en la ciudad costera de Vaasa, ha supuesto un cúmulo de experiencias individuales y colectivas de más de cincuenta proyectos creativos que rompe con los parámetros del arte estanco y normativizado y abre caminos a la interacción entre las diversas disciplinas y a la colaboración del artista con instituciones sociales que agrupan a los colectivos menos favorecidos de la sociedad. La Bienal abrió sus puertas, si así puede decirse de un conjunto de instalaciones, muchas de las cuales se encuentran en espacios abiertos, el 9 de septiembre y cerró sus últimos eventos el 19 de octubre.
Durante los últimos dos años, el Centro para la Promoción de las Bellas Artes en Finlandia (Taike) fue seleccionando una cincuentena de proyectos artísticos que ha podido verse en esas fechas en más de veinte sedes distribuidas en diversas ciudades finesas. Además de Vaasa, que alberga el grueso de esta producción artística, podían verse obras o asistir a eventos de esta bienal en otras ciudades de la orilla finesa del Báltico como Kokkola, Seinajoki, Uusikaarlepyy o incluso en Bristol, (GB).
Norah Nelson, una finlandesa de padre británico, responsable de la proyección y relaciones internacionales de la Bienal, nos dice “ha habido siempre una estrecha colaboración entre las distintas bienales que se han ido sucediendo. Nosotros hemos llevado actividades nuestras a las bienales de Hamburgo y Bristol y ahora esta última ciudad ha acogido algunas obras nuestras.
Una forma más de optimizar recursos en unas bienales que cuentan con un presupuesto muy limitado. La de Vaasa, según nos confiesa Norah Nelson, “no alcanza los 10.000 euros de presupuesto”.

Norah Nelson.  Foto: Javier Gayán

Norah Nelson.
Foto: Javier Gayán


Ello ha creado problemas al mismo desarrollo de la Bienal porque muchos artistas, que han tenido que pagar sus propios desplazamientos, los materiales empleados, etc., no han podido hacer un segundo viaje para recoger sus obras y éstas han “desaparecido” de los espacios y las galerías, bastantes días antes del período de exposición previstos en el programa, con el consiguiente desconcierto y frustración de algunos visitantes.
Según Nelson, la filosofía de esta bienal ha sido seleccionar, bajo el epígrafe genérico de “Matkala” (“De viaje”), proyectos artísticos en que primase la interdisciplinaridad, el diálogo entre diferentes artes y la participación, bajo la batuta de artistas consagrados, de diferentes colectivos con riesgos de exclusión, dentro de lo que modernamente se califica como arte social o cooperativo.
En este sentido se han podido ver, en la Biennale finesa, desde muestras de artesanía, arte visual, obras de diseño, de literatura, cine, perfomances, encuentros de artistas, exposiciones plásticas y escultóricas hasta representaciones en vivo de teatro, música y danza. “En una de las perfomances, la titulada ‘Coming back’, se unía un espectáculo circense acompañado de una interpretación musical y de la realización simultánea de una pintura.” –explica Nelson.
href=”https://masdebringue.files.wordpress.com/2014/10/counting-my-blessings.jpg”>Counting my blessings
“Estas botas son… para ser pintadas”
Dentro de los proyectos presentados se encuentra el titulado “Kehä” (anillo, circunfencia), de Soivi Nikula, una artista finlandesa de Kalajoki, ciudad marinera al norte de Vaasa, que reside en Aínsa (Huesca) desde hace más de 10 años.
Partiendo de la filosofía participativa y de trabajo con instituciones sociales que promueve esta Bienal, y del concepto “viajero” que la preside, Soivi contactó, desde Aínsa, con dos entidades de Vaasa: la Fundación Júpiter, cuya sección Startti está dirigida por Jinna Vilponen, dedicada a buscar alternativas a jóvenes en paro; el Ikä Keskus, un centro de ocio para mayores, y con la Keska- Pohjanmaan Opisto, de Kokkolla, que ayuda, asesora y da trabajo a discapacitados físicos y psíquicos. Bajo la supervisión de las responsables de estas asociaciones, más de de un centenar de personas se ha dedicado a “tunear”, con técnicas diseñadas por Nikula, zapatos desparejados, donde los participantes “han podido sacar al exterior su forma de ser, sus ilusiones y su forma de ver el mundo” – según nos comenta Nikula.
Este conjunto de obras individuales se convierte, con la intervención de Soivi, en una única obra colectiva, colocando este conjunto de más de cien zapatos decorados en círculos concéntricos (kehät), inspirado en la estructura del monumento neolítico británico “Stonehenge”. Esta obra de Nikula puede verse, hasta el domingo 19 de octubre, fecha del fin de la Bienal, en los jardines interiores de un antiguo cuartel (kasarmialue), en el parque de Korsholman, en Vaasa.
La artista y licenciada en Bellas Artes Soivi Níkula, que ha trabajado en múltiples proyectos artísticos, historiográficos y artesanales en la comarca del Sobrarbe, y que ha estado a cargo, durante varios años, del Museo etnológico de Artes y Oficios de Aínsa, nos cuenta los objetivos que se propuso cumplir, desde su génesis, con el proyecto Kehä. “Comentándolo con las coordinadoras de las distintas instituciones participantes en el proyecto, todas coinciden en que con proyectos de este tipo se fomenta la comunicación entre los miembros de cada colectivo haciendo que se relacionen cotidianamente entre ellos en torno a una meta común. Esta actitud puede ayudarles a salir de su marginación, en el caso de los jóvenes, o de su situación de soledad, en el caso de los ancianos. Aparte de la satisfacción que les produce participar en la creación de una obra colectiva que luego van a contemplar miles de personas, y que eleva su autoestima”.
Jinna Vilponen, responsable del Servicio para Jóvenes Desempleados de la Fundación Júpiter de Vaasa, nos explica que “De los 49 zapatos que se han decorado en la Fundación Júpiter, siete de ellos fueron hechos por personas integradas en mi Servicio. Se trata de jóvenes de entre 15 y 24 años que en estos momentos no están trabajando ni estudiando. El resto de los zapatos fueron decorados por gente que asistió a la Noche de las Artes, una jornada en la que nuestros jóvenes mostraron sus trabajos artísticos y artesanales, incluidos sus zapatos ‘tuneados`. La actividad se abrió también a nuestros antiguos miembros rehabilitados y al personal que trabaja en la Fundación. En total han participado personas de los dos sexos y de todas las edades, niños y adultos, y con diferentes situaciones y experiencias vitales.”
Al igual que planteaba desde un principio Soivi Nikula como “alma mater del proyecto”, Jinna Vilponen también considera que “gracias a esta actividad, todo ese tipo de personas han proyectado en esos zapatos sus sueños y sus planes de futuro”.
“Para los jóvenes que han participado en el proyecto ‘Kehä’ su principal objetivo es encontrar una plaza escolar en algún Instituto o Escuela de Formación Profesional, para los más mayores, rehabilitados del proyecto, su meta es encontrar un trabajo que refuerce su dignidad y su autoestima. Pero a todos ellos les ha unido el amor y la ilusión que han puesto en su trabajo artístico. Era estimulante ver cómo crecía su imaginación y su iniciativa. Todo esto se consigue muy raras veces en una actividad estrictamente regulada y limitada”.
La libertad creativa de que han gozado sus participantes se nota en la variopinta gama de materiales utilizados en su elaboración.
“Mientras pintaban añadían elementos de lo más sorprendente”- explica Jinna. “Algunos de los participantes mostraban ya, en la elección del material a trabajar, sus preferencias profesionales o sus hobbies, como zapatos de fútbol, botones, o cremalleras. La mayoría de ellos están pintados con colores muy brillantes, y algunos con flores dibujadas. Otros están recubiertos de tela, encajes o papel.”
“Mi zapato, por ejemplo – confiesa Jinna Vilponen- está decorado con muchos tornillos, tuercas y pequeñas bombillas. Creo que es porque yo misma me siento como un robot lleno de energía, je, je.”

También Soivi Nikula, la autora intelectual de este proyecto circular, colectivo y viajero, ha tenido como protagonista, motor e hilo conductor, a un “zapato montañés” que ha ido narrando, desde sus páginas de Facebook, las peripecias que ha ido sufriendo la gestación del mismo hasta llegar a la Muestra de Vaasa.
“Mi zapato, encontrado en la basura en las calles de Aínsa, y remozado con cera y betún ha ido contando en este tiempo historias acerca de los lugares que veía en sus largas caminatas por los caminos y montañas del Sobrarbe. Al mismo tiempo daba cuenta de las incidencias y las transformaciones que sufrían sus otros compañeros- zapatos en las orillas del golfo de Botnia, en Finlandia y de las actividades que realizaban los miembros de los colectivos sociales que han participado en el proyecto.“

Los zapatos viajeros de Soivi Nikula

Los zapatos viajeros de Soivi Nikula

<a Lienzo de la muestra Coming Back de NykarlebySTORMO rEVOLUTION (momento de la perfomance)Money, Money, Money0004